
¡Hola, mis estudiantes avanzados! Hoy vamos a explorar un tema apasionante: el hábito de la lectura en la actualidad.
Para ello, he transformado a formato de audio una parte de un video del medio ABC de Paraguay, subido a YouTube el 12 de marzo de 2025. Si quieren, pueden mirar el video original haciendo clic aquí.
En esta entrevista, el fundador de la editorial paraguaya “El Lector”, don Pablo Burián, comparte los desafíos que ha enfrentado al invertir en el sector cultural. Aunque el audio se centra en la realidad de Paraguay, podemos aplicar estos temas a la situación global y a lo que sucede en los propios países de ustedes.
Mi objetivo es generar un diálogo sobre cómo se experimenta la lectura en el mundo de hoy. Me encantaría que compartan sus propias experiencias y cómo son sus hábitos de lectura en la era digital.
Como siempre, he incluido una transcripción y una lista de conceptos clave para facilitar la comprensión del audio. También enviaré ejercicios por medio de Google Docs para profundizar en este tema en nuestra próxima clase. ¡Espero que esta reflexión sobre el hábito de la lectura moderna les resulte enriquecedora!
IMPORTANTE: Este sitio web es exclusivamente para fines educativos y está dirigido sólo a mis estudiantes. Aunque mi sitio web está disponible en internet, el contenido es de uso privado para mis alumnos. No tengo la intención de infringir ningún derecho de autor y siempre proporciono enlaces a las publicaciones originales. Siempre adapto estas obras con un enfoque educativo, sin fines comerciales.
—Pasamos a un bloque que particularmente me gusta mucho porque compartimos historias. Historias que inspiran, de personas que arrancaron desde la nada en algunos casos y pasaron a convertirse en grandes referentes. En este caso, una historia muy particular que tiene que ver con uno de los mejores hábitos que puede tener el ser humano, como es la lectura. Esta persona arrancó hace muchos años con un kiosco, pero con un sueño muy grande. Pasó a convertirse en una librería y hoy es representante de una de las editoriales más grandes, si no la más grande, a nivel país, como es “El Lector”. Lo tenemos con nosotros al fundador de El Lector, aquí en piso, le agradecemos por su tiempo a don Pablo Burián. Don Pablo, ¿cómo le va? Muy buenas tardes.
—Muy buenas tardes. Muchas gracias por esta oportunidad. Bueno, realmente dijiste una síntesis de la historia de El Lector, que se entiende y que muchas veces se le recuerda mucho a El Lector con su famoso tablerito, que empezamos en la vereda de la plaza. Y a eso nos sumó el entusiasmo, la motivación, la presencia de la gente en el puesto de venta de revistas, que fue creciendo en cantidad y en calidad de materiales que teníamos la oportunidad de traer de otros países y eso abrió las puertas a poder después incorporar los libros.
—Cuando arrancó el kiosco, ¿en qué época era eso más o menos?
—En el setenta y uno [año 1971] empezamos nosotros. Nosotros estamos por los cincuenta y tres, vamos por los cincuenta y cuatro años ya de fundación de nuestra empresa.
—Y corrijamos. Quizás en aquella época, [las décadas de los] ochenta, noventa, el arraigo del paraguayo hacia la lectura era mayor, era superior y hoy se ve un retroceso de fase. ¿O no es así? ¿Cómo usted lo percibe?
—Bueno, mirá, el… una época que prácticamente la ciudad era chica, todavía. Miramos hasta donde Asunción era hasta Antequera. Máximo era Brasil. Y… por una parte. Pero por otra parte había un entusiasmo a los libros. Era una época de solidaridad, de la gente que se iba a El Lector, porque El Lector era protagonista de hacer eventos, siempre, ferias de libros infantiles, ferias de libros nacionales, ferias internacionales y presentaciones de libros. Toda una serie de actividad artístico-cultural para los niños y los jóvenes que movía mucho, que hacía que también los medios de comunicación se solidarizaban mucho con las actividades que desarrollábamos nosotros. Entonces, eso fue una movida muy interesante. Después ya viene con los libros que hacemos, la Feria Internacional del Libro. Primero feria por el interior. Son ferias pequeñas, pero interesantes. Con la presencia de los escritores. Después ya nos fuimos a Buenos Aires con una presencia de dieciocho escritores, que fue todo un acontecimiento en aquel entonces.
Y bueno, empezó la editorial El Lector a publicar libros en el ochenta y dos. Después ya hicimos la primera Feria Internacional del Libro de acá en Paraguay, con la presencia de varias editoriales extranjeras, nacionales y embajadas, que participaron casi todas las embajadas, que estaban acreditadas acá en Paraguay. Y ese crecimiento fue muy importante. De ahí va El Lector hasta San Martín, donde me acuerdo muy bien que el periodista, investigador, escritor Alfredo Seiferheld me acompañó hasta San Martín, donde hoy está el local, y le pregunté qué opinaba de la posibilidad de adquirir ese local y me dijo una verdad muy interesante, me dice él. Muy buen analista era. ¿Por qué? Porque me decía: “Pablo, acá prácticamente no existe nadie. Es como el interior del país. No va a tener mucho, mucho resultado”. Me decía, ¿verdad? Y hoy uno mira ese local y todo el mundo dice “qué visionario fue Pablo Gurián”. Pero sin embargo, le di la razón, porque no fue fácil el marcar presencia en ese local.
¿Por qué? Por qué no había gente, ¿cierto? Era muy lejos y finalmente tuve que hacer el esfuerzo de sostener ese local hasta inclusive en un momento dado me viene por la multiplicación de gastos, porque hice la librería de dos pisos, hice el café, el restaurante, hice un teatro al aire libre. Todo eso me llevó muchos gastos financieros y llegó un momento que no pude cubrir, porque no tenía movimiento ese local. No tenía los diez, quince años, no tenía movimiento y llegó un momento de que se iba al remate el local. Y bueno, por obra y gracias de Dios que, uno ha de reírse. ¿Pero por qué me pasa esto? Tuve el milagro de encontrarme con un ángel en un banco y que era un señor que, me decía: “Bueno, vamos a estudiar tu caso”. Pues me fui prácticamente en el banco un poco zombi, digamos así, ya con la idea de que estoy por perder el local.
—Resignado ya.
—Resignado. No dormía bien. Estaba totalmente tenso. Esa famosa surmenage que te agarra y todo eso. Y no sé cómo fue que ese pedido que hice a Dios de que por qué me sucede eso. Tenía que pasar esto y todo eso. Me fui caminando por la calle Estrella y entré en una esquina de un banco y le digo a la señorita que quería hablar con el presidente del banco o con el gerente general, y me dice: “Bueno, mirá, un piso más, una señora te va a atender”. Llego a la junta de la señora y luego me saluda y me dice: “Pablo Durián, ¿a que se dé el honor?”, y todo eso. Y yo con todo el tema encima del problema. Pero siempre mantuve la jovialidad en el trato y todo eso. Le dije: “Sí. ¿Qué tal, señora? Y todo eso. Querría hablar con el presidente o con el jefe. “Sí, ¿cómo no? Siéntese. Bueno, enseguidaa ya van a atenderlo”. Y viene un señor, alto así. “¿En qué le puedo servir?”. Y me dice: “Bueno, venga otra vez. Mañana”. Le comenté que va el remate y venga mañana. Y al día siguiente me fui y me dice: “El banco decidió pagar la deuda”.
—Hacerse cargo.
—Sí, hacerse cargo. Y, me dice, para que siga El Lector ahí. Y también los sueños de Pablo Borián nunca se interrumpan.
—Qué espectacular. ¿En qué año fue eso?
—Eso fue en el ochenta y siete. Ochenta y dos, ochenta y cuatro, ochenta y cinco fue que hicimos la primera feria. Ochenta y seis, ochenta y siete fue que ya de forma ininterrumpida hasta el día de hoy.
—Sí, sí, totalmente. Y fue una cosa espectacular.